Sal en la memoria

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Portada de prueba

 

Hace dos años casi que no escribo en este blog, lo que no quiere decir que haya dejado de escribir. En realidad no he parado. Hasta el día de hoy he estado centrado tanto en mi trabajo como en mis estudios, dedicando el poco tiempo libre que me quedaba a terminar Sal en la memoria, el proyecto fotográfico-literario en el que llevamos años trabajando Jorge Meis y yo.

Sal en la memoria

El libro, como decía, está terminado. Han sido varios años de trabajo intermitente, robando horas al descanso, pero del que estamos francamente orgullosos, ya que tanto Jorge como yo sentimos que hemos dado lo mejor de nosotros mismos.

Nuestro trabajo todavía no ha finalizado: quedan pequeños retoques, completar el diseño del libro junto a los amigos del Estudio de arquitectura y diseño gráfico 988, terminar lo que será la puesta en escena del proyecto, gracias a la ayuda del músico MCarballo y el productor y director de cine Simone Saibene, de Noveolas Producciones.

Ahora nos divertimos jugando con posibles portadas, estudiando las propuestas de diseño, inventando músicas que puedan acompañar la obra, fantaseando con futuras presentaciones y puestas en escena. No nos aburrimos.

sal en la memoria

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Pruebas de maquetación

 

Además, tenemos que concretar nuestro acuerdo con una editorial que está interesada en publicar el libro, aunque esto está un poco más en el aire, a pesar de nuestras excelentes sensaciones. Si todo va bien, esperamos ver nuestra obra publicada en otoño de 2019, así que podemos tomarnos con calma todo este trabajo, del que continuamos disfrutando a pequeños sorbos.

Cuestión de estilo

Todos los comentarios que hemos recibido de aquellos que han podido conocer Sal en la memoria, mientras lo íbamos creando, ha sido estupendos, tanto por parte de lectores aficionados, como de profesionales de la literatura, la cultura o la fotografía, sumándose algunos de ellos espontáneamente a nuestro proyecto.

Ha sido inevitable que, a cada paso, hayamos ido ganando más y más confianza en lo que hacíamos.

Creo que una de las claves está siendo nuestro estilo de trabajo: sin prisas, constante, desde la humildad y la generosidad, por puro amor a lo que hacemos, algo que tal vez se acabe transmitiendo de forma casi involuntaria.

En lo que respecta a Sal en la memoria han sido años maravillosos, en los que ha primado la alegría del esmero artesano ante el trabajo bien hecho, un espíritu que hemos logrado mantener hasta el momento.

El contenido

En Sal en la memoria prima la nostalgia, ese sentimiento engañoso que nos lleva a colorear de forma agradable momentos y lugares, olvidando el dolor y el sufrimiento que a veces implicaban. Tratamos de mirar al pasado, no con la amargura de los momentos dulces que pudimos haber perdido, sino con la lucidez de haber dejado atrás tiempos oscuros, en los que la muerte cobra un enorme protagonismo en lo que fue un cambio de era en la historia de nuestro país y nuestra ciudad.

Debo ser justo en este punto. Mis textos y las fotografías de Jorge no reflejan las mismas situaciones. Sus fotos fueron tomadas en momentos diferentes, tratando de plasmar sentimientos a veces contrarios a los que yo quise describir con mis palabras. Pero creemos que pueden evocar ciertos sentimientos, un tono general de la obra, en la que predomina un gris industrial y oscuro, como en la ciudad que nos vio crecer como personas y cuya esencia flota en toda la obra, reflejando una época y un lugar hostiles. Fruto de circunstancias amargas.

Un balance de dos años

Han sido dos años de duro trabajo para mí en lo personal. De gran sacrificio, aunque muy productivos en lo artístico y profesional, aunque con puntos amargos, consustanciales al hecho de estar vivo. Estoy finalizando los estudios que necesito completar para mi desempeño profesional y hemos terminado Sal en la memoria, el proyecto que tanto nos ocupó en los últimos años. Además, tuve la suerte de conocer excelentes personas y profesionales del mundo de la cultura y las artes, algo que siempre me insufla nuevos ánimos.

Pero también han sido años de pérdidas, algunas que, a pesar de la tristeza, la distancia que en su momento marcó la vida, hacen que esta se amortigüe. Otras, como la pérdida de mi mejor amigo, Paco, quien tanto me ayudó, acompañó e inspiró, casi desde la infancia, me ha sumido en una angustia de la que apenas empiezo a recuperarme, dejándome una sensación de orfandad e irrealidad, y la enorme pena de que nunca pueda ver materializadas tantas cosas.

Nuevos proyectos

La angustia y el dolor, siempre han sido para mí un estímulo para la creación. Sal en la memoria surge de uno de los momentos de mayor dolor en mi vida, así que sé que en algún momento volveré a dar sentido a las emociones más desagradables que hoy me inundan. Ya estoy en ello.

He comenzado a trabajar ya en otros proyectos. Uno de ellos, compartido, a cuatro manos con una buena amiga con la que estamos retomando una antigua idea. Otro en solitario, una idea que me ronda desde hace años, más ambiciosa y personal, que seguro que me ocupará en los próximos años.

Todavía quedan meses para que puedas tener en tus manos Sal en la memoria, si lo deseas, pero hoy siento que otra etapa está a punto de cerrarse.  Y es momento de empezar a abrir otras.

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