‘Sal en la memoria» (XI): Contactos editoriales
Nov-2019

Después de que Jorge Meis y yo cerráramos el contenido de nuestro libro, tuvimos breves contactos editoriales que finalmente se frustraron, aunque es justo reconocer que, hasta ahora, no es en esto en lo que hemos puesto nuestras energías.
La Fábrica
Aunque hubo un primer contacto anecdótico con una pequeña editorial, que finalmente decidimos descartar, porque veíamos difícil que le pudiera interesar verdaderamente el proyecto y no nos apetecía malgastar energías, hubo un par de contactos posteriores.
El primero fue con La Fábrica, la excelente editorial de fotografía, vinculada a la revista Eñe. Aproveché el contacto con Eñe, después de mi premio de microrrelato para tantear esa posibilidad.
La atención fue inmejorable, pero quedó claro que el proyecto no les interesaba, con lo que el gasto de energía por nuestra parte fue inexistente. Todo un ejemplo de profesionalidad de una empresa cultural con una trayectoria impresionante.
Cuestión de belleza
El segundo contacto fue más errático. Conocí a Arturo R. Camba, de la Editorial Cuestión de Belleza en la presentación de uno de sus libros. Se nota que, a pesar de ser una pequeña editorial, intentan cuidar, dentro de sus medios, sus publicaciones.
De entrada Arturo mostró un gran interés por nuestro proyecto. Podríamos decir que hubo un flechazo. La comunicación con él fue –y sigue siendo– espectacular. Arturo es una persona dotada de una sensibilidad especial para las artes y la poesía y conectó inmediatamente con el proyecto. Disfrutamos considerablemente en cada una de nuestras reuniones acerca del mismo y conservo, agradecido, todas las sugerencias que nos hizo en su informe de lectura.
Todo parecía hecho, pero finalmente llegó la ruptura. Sólo teníamos contacto Arturo y yo, pero había dos personas más en todo aquello: por un lado Jorge Meis, y por otro la socia de Arturo dentro de la editorial, Pilar Fdez.-Pinedo, la responsable de la parte de la editorial dedicada al arte. Arturo aseguraba que el proyecto le había gustado, pero no habíamos podido tener contacto con ella porque vivía bastante lejos.
Ruptura
La comunicación con Pilar fue más compleja, con cancelación de viaje y reunión en el último momento incluidas, a pesar de los esfuerzos enormes que tanto Jorge Meis como yo habíamos realizado para concertar esa cita. Cuando finalmente pudimos reunirnos con Pilar, unos meses después, su propuesta fue sorprendente, a pesar de sus formas impecables: nos planteó variar completamente el trabajo fotográfico de Jorge. Si reenfocábamos totalmente su apuesta fotográfica, ella no pondría problemas a publicar el libro.
Pilar, como editora, nos sugería intervenir el blanco y negro de las fotos de Jorge con colores agresivos. Aquello no tenía nada que ver con el espíritu de nuestro trabajo y el argumento de Jorge fue incontestable: nuestra propuesta era un trabajo de autor. Si querían un trabajo de encargo tendríamos que prefijar unas condiciones económicas diferentes.
Por supuesto, cerré filas con Jorge Meis, a pesar de que me sugirió que yo publicase los textos con ellos, con otra persona trabajando la parte gráfica. Mi negativa fue rotunda: habíamos empezado juntos aquel proyecto y lo terminaríamos juntos.
Trasladamos muy rápido a la editorial nuestra negativa a modificar el trabajo y ellos también fueron claros en ese sentido: habíamos roto relaciones profesionales con la editorial, de la cual salvo mi relación personal con Arturo, y alguno de los libros de la editorial.
Trabajo artesanal
En todo este proceso perdimos casi un año. Decidimos prescindir de más contactos editoriales por el momento. Continuaríamos con la filosofía de artesanos que habíamos mantenido durante todo el proyecto.
Desde aquel momento, hasta el día que escribo esto, no volvimos a tener contacto con ninguna editorial, centrados exclusivamente en el trabajo creativo.